Introducción
En la vastedad de la geografía brasileña, más allá de la mundialmente famosa Amazonia, existen cinco biomas diversos que son tesoros ecológicos del planeta por su vital valor. Uno de ellos es el Bosque Atlántico, uno de los bosques más antiguos del mundo.
Este bosque, a pesar de tener una gran diversidad de especies y ofrecernos una gama excepcional de beneficios y recursos que son esenciales tanto para la naturaleza como para las comunidades humanas ha sido fuertemente degradado dada su ubicación.
Definición del Bioma del Bosque Atlántico
El Bosque Atlántico, también conocido como Mata Atlântica en portugués, es un bioma que se extiende a lo largo de la costa este de Brasil, abarcando desde el norte hasta el sur del país, además del norte de Argentina y el sureste de Paraguay.
Este bioma es un ejemplo paradigmático de biodiversidad, albergando una variada gama de especies vegetales y animales, muchas de ellas endémicas, es decir, exclusivas de esta región y no encontradas en ningún otro lugar del mundo. Este bioma es también una de las áreas naturales más ricas del planeta en términos de especies, con un estimado del 7% de las especies de plantas y el 5% de las especies de animales vertebrados del mundo.
Entre las especies icónicas que habitan en este bosque se encuentran jaguares, perezosos, monos araña y loros de cola roja.
El Bosque Atlántico es conocido por su estructura diversa y estratificada, con varias capas que van desde el dosel superior hasta el sotobosque, lo que permite que diferentes especies ocupen diferentes nichos ecológicos. Además, la topografía irregular y la variedad de microclimas presentes en esta región han dado lugar a la evolución de distintos tipos de bosques, desde selvas densas hasta manglares costeros.
Importancia del Bosque Atlántico
La relevancia del Bosque Atlántico trasciende su mera belleza y biodiversidad. Este bioma desempeña un papel vital en la estabilidad ecológica de la región y en la vida de las comunidades humanas que habitan en su entorno.
Además de ser hogar de numerosas especies en peligro de extinción, el Bosque Atlántico también contribuye a la regulación del ciclo hidrológico, la conservación del suelo y la mitigación del cambio climático. La interconexión entre la biodiversidad y la salud de los ecosistemas es evidente en este contexto, ya que la pérdida de una sola especie puede tener efectos dominantes en toda la cadena alimentaria.
La ecorregión engloba ciudades importantes como Río de Janeiro y São Paulo, y es hogar de alrededor de 150 millones de personas. En Brasil, la ecorregión del Bosque Atlántico produce el 70% del producto interno bruto (PIB) del país.
Estado Actual y Amenazas
A pesar de su innegable importancia, el Bosque Atlántico ha sufrido un drástico declive en su extensión debido a la deforestación histórica, la expansión de la agricultura y la urbanización descontrolada. Se estima que solo alrededor del 12% del área original de este bioma se conserva en la actualidad. Esta reducción dramática ha llevado a la extinción de numerosas especies y a la fragmentación de hábitats, lo que compromete la viabilidad a largo plazo de muchos organismos.
Originalmente, la Mata Atlántica ocupaba una extensión territorial de 1,315,000 kilómetros cuadrados a lo largo de la costa este de Brasil, pero su área original ha sido reducida a fragmentos y remanentes dispersos. Actualmente, quedan menos de 100,000 kilómetros cuadrados de Bosque Atlántico intacto, lo que representa una pérdida considerable de su extensión original.
Como estamos suportando el Bosque Atlántico
A pesar de los desafíos, es alentador observar los esfuerzos en marcha para preservar y restaurar el Bosque Atlántico.
En Carbon Credits Consulting nos esforzamos para proteger tantos biomes como sea posible, desde hace 5 años trabajamos en la reforestación del Cerrado y ahora hemos expandido nuestro radio de acción para abarcar una zona de transición entre el Cerrado y el Bosque Atlantico la cual ha sufrido degradación principalmente por la expansión agrícola y ganadera.
Nuestros proyectos de reforestación, además de secuestrar carbono, tienen el objetivo de crear corredores biológicos que permitan el regreso de la vida salvaje a zonas que fueron interrumpidas por la acción del hombre.